Después de más de 40 años, específicamente en 1989, el doctor Robert Ballard y su equipo de investigación experto descubren al más famoso navío alemán de la segunda Guerra Mundial: el Bismarck yace en el fondo de los mares a unos 4,700 metros de profundidad, evidencia por cierto el profundo castigo a que fue sometido en su último combate, una de las batallas navales más desiguales y violentas de la historia.
El Bismarck era un acorazado, construido después de la Primera Guerra y de acuerdo a la política de Alemania de “hacer renacer a la armada de las cenizas”, su desplazamiento de 41,700 toneladas y 50,900 a carga completa, violaba el Tratado de Versalles, pero estaba dentro del marco del "Tratado Naval Anglo-Alemán" (A.G.N.A. de sus siglas en inglés) firmado entre Inglaterra y Alemania, por el cual se le permitía a esta construir un buque acorazado de 35,000 toneladas.
Así en diciembre de 1935 se comisionó el diseño de los acorazados clase "Bismarck" (los cuales llegaron a ser el Bismarck propiamente dicho y el Tirpitz), la ceremonial colocación de la quilla se llevó a cabo un 1 de julio de 1936 en los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo. Bautizado en honor al gran unificador Otto Von Bismarck, vencedor de los franceses en la guerra de 1870, este acorazado tenía 251 m de eslora, 36 metros de manga y 10.20 metros de calado. Su característica principal era s poderoso armamento compuesto por ocho cañones de 380 milímetros, doce de 150 milímetros y 16 de 105 milímetros, artillería superior, tanto en modernidad como en cantidad a cualquier barco británico, sólo igualado por el Yamato japonés.
Este buque contaba además con una buena defensa antiaérea compuesta por dieciséis cañones de 37 milímetros.
Su planta motriz estaba conformada por doce calderas Wagner; con tres turbo reductores marca Blöhm und Voss, lo cual le proporcionaba una potencia de 150,200 Hp. La velocidad que se obtenía de estas máquinas era de 30 nudos y su sistema de optimización de combustible permitía una autonomía de 8,525 millas a 19 nudos náuticos de velocidad crucero.
Al mando de su primer y único capitán, Ernst Lindermann, y con unos 2,000 tripulantes, partió del puerto de Bergen en Alemania, para no volver jamás, como parte del ejercicio “Rheinübung”, una operación que supuestamente llevaría a los buques alemanes al Atlántico Norte para así asolar a los mercantes que navegaban por el y contribuir al ahogamiento de Inglaterra. La operación terminaría por desgracia para la Alemania Nazi con su hundimiento no sin antes destruir al orgullo de la Armada Real: el Hood.
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